De la película “Mentiras que matan” el concierto fronterizo por la paz, y el publico mediáticamente manipulado.
Hace 11 años se hizo una película llamada “Mentiras que matan” o “Wag the dog” en ingles, la trama central consistía en desviar la atención mediática de la nación norteamericana cuando el presidente se envuelve en un escándalo sexual, a menos de dos semanas de las elecciones, un estratega presidencial de la Casa Blanca, Conrad Bream (Robert de Niro) crea una guerra de mentira contra Albania, con ayuda del director de Hollywood Stanley Motss (Dustin Hoffman). Vemos durante la película como Holywood y el Dpto. de Estado logran que en los corazones gringos surjan sentimiento de apoyo a unos soldados y héroes de una guerra que jamás existió, pero que se libraba contra aquel desconocido país pues apoyaba al terrorismo. De hecho vemos como el estratega presidencial le decía al director: “Verás que en el futuro no necesitas culpables, solo con decir que un país apoya al terrorismo o que tiene armas de destrucción masiva, las guerras estarán justificadas”
Estábamos pues en los albores del debut en sociedad de las Guerras de cuarta generación, aquella donde no hace falta un propósito sino actuar sobre el sentimiento de las masas a través de la manipulación de sus emociones.
Hoy día vemos como las excusas mediáticas imperiales para justificar una guerra y decretar un enemigo necesario, son iguales a la trama de la película, no es necesario decir porque un líder lucha o que reivindicaciones busca un pueblo, simplemente se le etiqueta y listo, no se va a la sustancia o al fondo del conflicto, (pues se corre el riesgo de sumar adeptos).
En la mencionada película hay un momento muy importante, es cuando el director de cine decía que “trama sin música, ni vende ni es trama” y se buscan una cantidad de artistas famosos quien al estilo “We are the World” creaba el soundtrack que levantaría el nacionalismo patrio de cada norteamericano.
Ahora bien, hoy en la frontera colombo-venezolana se presentó un concierto por la paz, en el cual muchos artistas de talla internacional daban su “desinteresada” colaboración para este “noble evento” cuyo objetivo es la supuesta paz y organizado por el artista Juanes. (Métanse en http://www.juanes.net/ y vean a sus patrocinantes)
Si lo analizamos con la óptica de la Guerra de cuarta Generación vemos como la semana pasada Chávez enviaba tanques a la frontera y esta semana, Juanes en representación de Colombia enviaba un mensajes de paz, el resultado en las masas es Chávez malo Colombia bueno.
Peor aún veía pancartas alzadas por tachirenses que decían “Estamos con ustedes y los apoyamos” lo cual sería algo así como: “que pena con ustedes lo que jode Chávez”. En este caso las palabras “Paz” y “Terrorismo” son prácticamente sinónimos, pues juegan con los sentimientos sin ir al fondo de porque una u otra. Luego cuando vemos la rueda de prensa final vemos que el artista agradece a las compañías privadas por su apoyo y por supuesto al diario EL Tiempo, un rápido saludos a los presidentes, y pide que las guerrillas suelten a más gente, pero no hace análisis de porque la guerrilla, ni mucho menos existió la palabra paramilitares, Ingrid Betancourt o Moncayo.
Veo con profunda preocupación como la escalada mediática antinacionalista extranjera suma gigantescas, sostenidas y continuas victorias, ante la ignorancia, impericia y/o complicidad de los responsables gubernamentales de este lado de la frontera; de hecho la meta de la guerra de cuarta generación está tan próxima a cumplirse, que se aprecia con suma tristeza pero sin estupor como todo venezolano que detesta a Chávez detesta a su país.
La guerra mediática en su mensaje subliminal violento ha generado este apatrida sentimiento de repudio en las masas inoculándoles el odio a lo propio, pues no hay un discurso coherente en su rabia, es decir una sinapsis que le permitiese en una lógica razonable decirse. “Bueno yo no quiero al presidente y sus políticas, pero me quedo en mi país y luchare por el etcetc” Simplemente están preparando a los ciudadanos al desapego por sus cosas, por su sangre, descendencia, costumbres, y todo lo que ata al hombre en su entorno, y lo que hizo que en esta tierra nacieran caciques guerreros, y heroes libertadores, ahora simplemente tenemos más cerca que nunca al enemigo en casa, nuestros propios compatriotas que poco les importe hasta donde han entrado los paramilitares, y que se deleiten cual heroinómanos, cada vez que el pais recibe un ataque concluyendo en su análisis demencial que es Chávez quien se perjudica.
Para cerrar el concierto nuestro amigo Juanes canto “Tengo la camisa negra” famosa por haber sido protestada por los grupos antifascistas.
Hace 11 años se hizo una película llamada “Mentiras que matan” o “Wag the dog” en ingles, la trama central consistía en desviar la atención mediática de la nación norteamericana cuando el presidente se envuelve en un escándalo sexual, a menos de dos semanas de las elecciones, un estratega presidencial de la Casa Blanca, Conrad Bream (Robert de Niro) crea una guerra de mentira contra Albania, con ayuda del director de Hollywood Stanley Motss (Dustin Hoffman). Vemos durante la película como Holywood y el Dpto. de Estado logran que en los corazones gringos surjan sentimiento de apoyo a unos soldados y héroes de una guerra que jamás existió, pero que se libraba contra aquel desconocido país pues apoyaba al terrorismo. De hecho vemos como el estratega presidencial le decía al director: “Verás que en el futuro no necesitas culpables, solo con decir que un país apoya al terrorismo o que tiene armas de destrucción masiva, las guerras estarán justificadas”
Estábamos pues en los albores del debut en sociedad de las Guerras de cuarta generación, aquella donde no hace falta un propósito sino actuar sobre el sentimiento de las masas a través de la manipulación de sus emociones.
Hoy día vemos como las excusas mediáticas imperiales para justificar una guerra y decretar un enemigo necesario, son iguales a la trama de la película, no es necesario decir porque un líder lucha o que reivindicaciones busca un pueblo, simplemente se le etiqueta y listo, no se va a la sustancia o al fondo del conflicto, (pues se corre el riesgo de sumar adeptos).
En la mencionada película hay un momento muy importante, es cuando el director de cine decía que “trama sin música, ni vende ni es trama” y se buscan una cantidad de artistas famosos quien al estilo “We are the World” creaba el soundtrack que levantaría el nacionalismo patrio de cada norteamericano.
Ahora bien, hoy en la frontera colombo-venezolana se presentó un concierto por la paz, en el cual muchos artistas de talla internacional daban su “desinteresada” colaboración para este “noble evento” cuyo objetivo es la supuesta paz y organizado por el artista Juanes. (Métanse en http://www.juanes.net/ y vean a sus patrocinantes)
Si lo analizamos con la óptica de la Guerra de cuarta Generación vemos como la semana pasada Chávez enviaba tanques a la frontera y esta semana, Juanes en representación de Colombia enviaba un mensajes de paz, el resultado en las masas es Chávez malo Colombia bueno.
Peor aún veía pancartas alzadas por tachirenses que decían “Estamos con ustedes y los apoyamos” lo cual sería algo así como: “que pena con ustedes lo que jode Chávez”. En este caso las palabras “Paz” y “Terrorismo” son prácticamente sinónimos, pues juegan con los sentimientos sin ir al fondo de porque una u otra. Luego cuando vemos la rueda de prensa final vemos que el artista agradece a las compañías privadas por su apoyo y por supuesto al diario EL Tiempo, un rápido saludos a los presidentes, y pide que las guerrillas suelten a más gente, pero no hace análisis de porque la guerrilla, ni mucho menos existió la palabra paramilitares, Ingrid Betancourt o Moncayo.
Veo con profunda preocupación como la escalada mediática antinacionalista extranjera suma gigantescas, sostenidas y continuas victorias, ante la ignorancia, impericia y/o complicidad de los responsables gubernamentales de este lado de la frontera; de hecho la meta de la guerra de cuarta generación está tan próxima a cumplirse, que se aprecia con suma tristeza pero sin estupor como todo venezolano que detesta a Chávez detesta a su país.
La guerra mediática en su mensaje subliminal violento ha generado este apatrida sentimiento de repudio en las masas inoculándoles el odio a lo propio, pues no hay un discurso coherente en su rabia, es decir una sinapsis que le permitiese en una lógica razonable decirse. “Bueno yo no quiero al presidente y sus políticas, pero me quedo en mi país y luchare por el etcetc” Simplemente están preparando a los ciudadanos al desapego por sus cosas, por su sangre, descendencia, costumbres, y todo lo que ata al hombre en su entorno, y lo que hizo que en esta tierra nacieran caciques guerreros, y heroes libertadores, ahora simplemente tenemos más cerca que nunca al enemigo en casa, nuestros propios compatriotas que poco les importe hasta donde han entrado los paramilitares, y que se deleiten cual heroinómanos, cada vez que el pais recibe un ataque concluyendo en su análisis demencial que es Chávez quien se perjudica.
Para cerrar el concierto nuestro amigo Juanes canto “Tengo la camisa negra” famosa por haber sido protestada por los grupos antifascistas.
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