viernes, 8 de junio de 2007

VENENO Y ANTIDOTO DE LA REVOLUCION


A las pocas personas decentes (porque de indecentes y crápulas esta minado el proceso) que llevan la sacrificada e histórica faena de dirigir las riendas de nuestro futuro para la verdadera emancipación que necesita nuestro país y la patria grande, les solicito hacer un tiempo en sus apretadas agendas y leer este humilde aporte de lo que hace falta para empezar a construir un estado basado en verdaderas actitudes revolucionarias, con esta sencilla y sincera formula.
La palabra revolución es definida de manera manipuladora por el DRAE como “acción de revolver”, “cambio violento en las instituciones políticas, económicas y sociales de una nación”, “Inquietud, alboroto, sedición”, “cambio rápido y profundo en cualquier cosa”. Podemos apreciar de esta manera como desde el punto de vista académico se va imponiendo la sanción social o la coacción mediática para evitar que todo aquel que le hierva la cabecita por los malestares del día a día de la cosa pública y decida buscar en un diccionario el significado a su sentimiento, se verá castrado en sus intenciones cuando reflexione y asimile, mediante un silogismo falaz lo siguiente: me siento mal y quiero un cambio de raíz, luego si quiero un cambio radical, soy un revolucionario por lo tanto soy un violento sedicioso etc etc, mejor me quedo como estoy porque yo soy buen ciudadano. Si a esa estocada académica le agregamos el resto de inhibidores transculturizadores conocidos como cultura de los antivalores, los cuales nos colocan en los últimos escaños de la lista de naciones poseedoras de conocimiento de cultura general integral, comprenderemos porque con esta mortífera pero planificada mezcla vamos perdiendo anónimos y potenciales héroes quienes se sentirán pecadores por el hecho de querer alterar el status quo.
Por otra parte hemos de observar con acumulable impotencia como la dejadez de las instituciones publicas de la llamada cuarta republica, conservan con orgullo de reliquia histórica la modorra burocrática con la que se niegan a “trascender” a la quinta.
Recuerdo muy bien que desde siempre la desatención al público es a las instituciones estatales lo que a los candidatos es la promesa de componer las mismas, es decir van de la mano en una cabrona simbiosis que se niega a desaparecer.
Considero que el grado de desarrollo de un país debería medirse por la calidad y eficiciencia de los entes que conforman sus poderes públicos, es una de las bases que sostendría el proceso, una estructura sino impoluta al máximo, por lo menos eficiente, pero ninguna de estas ocurre.
Es bueno recordar como la revolución cubana una vez detectada la corrupción en las gasolineras en Noviembre de 2005 logró erradicarla con la incorporación de trabajadores sociales de la Juventud Comunista, más de 30.000 almas fueron distribuidas en todo el país a cumplir esa misión, que fue alcanzada en tiempo record. De manera que si aquí hablamos del ejemplo de Cuba, ¿por que jamás siquiera como proyecto piloto se intentó meter aunque fuese como mirones en cualquier institución a los muchachos del comando ayacucho o del Frente Francisco de Miranda? simplemente fueron unos venezolanos más que fueron utilizados con fines electorales, como soldaditos de plomo.
Históricamente esta es la oportunidad única e irrepetible de revertir y neutralizar esta calamidad que manda al proceso justo a las cloacas, debe aprovecharse la habilitante y reforma constitucional considerando los costos beneficios políticos y económicos de eliminar esa carga burocrática y separar a las basuras humanas que abundan en las instituciones, amparadas por traidores sindicatos, permutándolas con los cuadros que han intentado formar como luchadores sociales, será duro y confuso pero es la única solución, pueblo verdadero manejando las instituciones que serán de verdad para el pueblo.
Este pueblo sabe quien es su único líder y saben de toda esa asquerosidad, pero quieren entender que si Chávez no lo ha decidido aun, por algo será, no hay más lógica solo esperan que se ordene, mientras tanto la impotencia acumulada está a punto de expresarse y saben que ellos harán la renovación más que la revolución, quitando todo, absolutamente todo lo viejo, para desde cero arrancar con su propia historia, para los ojos de ellos, aunque apoyo el proceso de renovación; soy parte de lo viejo.

HECTOR RIOS C.

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